En estos días me he encontrado muy pensativa, han pasado fechas muy importantes como las navidades, el año nuevo y hasta el día de reyes. Pienso en lo frío que está el clima en Madrid, estoy deseando que llegue la primavera.
Es normal que me sienta helada con estas temperaturas tan bajas, porque vengo de una tierra muy cálida, donde la temperatura mínima es de 22 grados en la madrugada y durante el día unos 35 grados, con un sol brillante que calienta la ciudad de San Fernando de Apure.A pesar de sentir tanto frío me siento afortunada de estar en Madrid, porque es una de las ciudades europeas en las que se puede ver el cielo azul durante el invierno, con un sol resplandeciente pero sin fuerzas. Si estuviera en otro país, como Alemania, Inglaterra, Francia o cualquier país del norte de Europa, no pudiera apreciar la luz del sol por estos días.
Ahora sigo el buen consejo de mi paisana venezolana Liz, quien me dijo que cuando sintiera frío en Madrid mirara el cielo azul, eso es lo que hago. Puede parecer algo sin importancia, pero para mí ha tenido mucho sentido. El cielo azul me relaja, me da mucha fe y esperanza.
El cielo azul me da mucha fuerzas para seguir adelante, porque se que cada ciclo de la tierra es importante. Cada día tiene su afan, hay que dar gracias por la luz, por el día, por cada amanecer. Podemos disfrutar la vida si por un momento nos detenemos a contemplar la inmensidad del cielo azul.
Quiero desearles a todos mis lectores un bendecido año 2017, con dicha y prosperidad. Este año promete ser buen año, el número 7 es un número de bendiciones. Para este año son muchos los planes que espero poder cumplir y compartir con todos ustedes. Nos vemos caminando por ahí.