Granada es una ciudad que se disfruta con los cinco sentidos, y en Alpargata Viajera no podíamos resistirnos a pasar un día recorriendo sus calles, admirando su historia y, por supuesto, dándonos un buen homenaje de tapas. Si tienes solo un día para conocer su centro, aquí te dejamos una ruta que te hará enamorarte de esta joya andaluza.
Nada mejor que empezar el día con un buen desayuno en alguna de las cafeterías con encanto del centro, yo me pedí un café con tostada de tomate y jamón, te lo recomiendo porque te darán la energía necesaria para el recorrido.

Seguimos explorando el corazón de la ciudad, pasando por la Alcaicería, el antiguo mercado árabe, lleno de pequeñas tiendas de artesanía y recuerdos. Un paseo por la Plaza Bib-Rambla nos permite admirar su ambiente vibrante, con terrazas y la famosa fuente de los Gigantes.
En Granada, la hora de la comida se traduce en una cosa: tapear. Una de las mejores zonas para ello es la calle Elvira, repleta de bares con tradición. Si prefieres algo más alternativo, el barrio del Realejo también tiene bares con buen ambiente, como La Tana, con vinos y tapas de gran calidad.
Para bajar la comida, nada mejor que pasear por la calle Navas, llena de vida, y subir hacia el Paseo de los Tristes, con vistas mágicas a la Alhambra. Desde aquí, nos aventuramos por las callejuelas del Albayzín, el barrio morisco de la ciudad, hasta llegar al Mirador de San Nicolás, donde nos detenemos a disfrutar de la panorámica más icónica de Granada.

Nos dirigimos a la Catedral de Granada, una joya renacentista impresionante. Junto a ella, la Capilla Real alberga los restos de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, una visita imprescindible para los amantes de la historia.
Granada es una ciudad que se vive en cada rincón, en cada tapa y en cada puesta de sol. Un solo día sabe a poco, pero sin duda, es suficiente para dejarte con ganas de volver.
Y tú, ¿has estado en Granada? ¿Cuál es tu rincón favorito? ¡Déjanos tu comentario!