¡Hola, viajeros de Alpargata Viajera! Hoy quiero contarles sobre un destino que me robó el corazón: San Sebastián, o como se dice en euskera, Donostia. Ubicada en el hermoso País Vasco, esta ciudad es todo lo que uno puede soñar cuando piensa en un destino costero europeo: playas espectaculares, montañas con vistas de ensueño, y calles llenas de historia y encanto.
Mi primer parada fue la famosa Bahía de La Concha. La playa de La Concha es todo un espectáculo: un arco de arena dorada que se extiende a lo largo de aguas turquesas y tranquilas. Mientras caminaba por el paseo marítimo, me sentí como en una postal. La vista era impresionante, con la Isla de Santa Clara en el centro de la bahía, rodeada por un mar en calma y bordeada por las colinas verdes. No pude resistirme y, aunque el agua estaba un poco fresca, ¡me di un buen chapuzón!
Después de disfrutar de la playa, me dirigí al Monte Igueldo, un lugar ideal para las familias. Llegar a la cima fue toda una experiencia: subí en un funicular que parece salido de otra época, algo que me recordó la magia de los parques de atracciones antiguos. Una vez en la cima, me encontré con un parque de diversiones que a los peques les encantaría. Además de ser muy entretenido, este sitio tiene una de las mejores vistas de toda la ciudad. Desde allí pude ver toda la bahía en su esplendor, un mar que se funde con el cielo y las montañas vascas que se levantan en la distancia.
A medida que avanzaba la tarde, me perdí entre las calles del casco antiguo de San Sebastián. Recorrer estas callecitas adoquinadas y observar su arquitectura fue como un viaje en el tiempo. Los edificios de estilo clásico y las estrechas callejuelas rebosaban de vida, con cafeterías y bares de pintxos en cada esquina. ¡Qué difícil es decidirse por un pintxo cuando todo se ve tan delicioso!
San Sebastián es una ciudad que cautiva los sentidos, no solo por sus paisajes, sino también por su gente amable y su ambiente acogedor. Me fui con ganas de regresar y seguir explorando sus rincones, y sobre todo, de volver a disfrutar de esa Bahía de La Concha que parece salida de un sueño.
¿Y tú, has estado en Donostia? ¿Cuál fue tu rincón favorito? ¡Déjanoslo en los comentarios!
¡Hasta la próxima, viajeros!