Esta es la segunda parte de mi post sobre mi viaje a Rusia, su capital Moscú es la ciudad más lejana que he visitado. Al segundo día de haber llegado a la capital rusa, recorrí la larga e inmensa calle Tverskaya hasta llegar a la famosa Plaza Roja. Era un día de verano, en el que una ligera llovizna caía, el agua estaba fría y la brisa super fría. Como el viaje fue en verano, apenas llevé un abrigo.
Ese día anduve vestida como la típica turista desaliñada, con dos abrigos (uno mío y otro que había comprado en Italia para regalárselo a mi sobrina). Particularmente me encanta la ropa de invierno, pero ocurrió que mientras que yo andaba con ropa peculiar, las rusas andaban con sus elegantes abrigos y ropa de invierno.
Al encontrarme en la Plaza Roja me sentí muy entusiasmada porque pisé uno de los lugares más famosos del mundo. El Kremlin es muy llamativo y la Iglesia de San Basilio es bastante interesante. Puedo decirles que tuvimos suerte de que llegamos temprano y pudimos caminar por toda la Plaza Roja y llegar hasta la iglesia, porque justamente ese día en la tarde iban a hacer un evento y no sería posible pasar por allí.
La famosa iglesia San Basilio
La iglesia es atractiva por su historia y arquitectura. Fue inaugurada en 1883 después de 44 largos años de construcción. Tiene un compendio de cúpulas coloridas que hace que parezca un palacio.
En el interior es un poco pequeña, por lo que parece un laberinto; de un espacio sales a otro, y si no te fijas bien puedes dar varias vueltas buscando la salida. La iglesia posee más de 130 años por lo que ha sido restaurada y conservada, aunque tiene pinturas originales de la época antigua de Rusia.
Centro comercial gum
También visité un centro comercial de tiendas por departamento muy lujoso y bonito que se llama Centro Comercial Gum de Moscú. Es grandioso, su fachada mide 242 metros. Este emporio es especializado en la venta de artículos de lujo, cuenta con casi 1.000 tiendas, las cuales puedes recorrer y deleitarte.
La anécdota multicultural
Mis amigas, Paola y Adriana, bromeaban con la idea de que mi look es similar al de las mujeres de la India. Y yo les decía si soy india pero de Apure. Resulta que en el edificio del hostal donde nos quedamos, hablamos (en inglés) con unos señores quienes le preguntaron a Paola si era italiana, porque Paola llevaba un suéter que decía ITALIA (y justamente Pao tiene ascendencia luso italiana) pero ella les respondió “no, I from Venezuela”. Al verme a mí los señores dijeron “India India”, a lo que les respondí con mucho orgullo “I from Venezuela”.
Realmente este viaje a Rusia fue una gran aventura. Sentí una emoción parecida como cuando el hombre llegó a la luna, puedo decir pisé suelo ruso, aunque me faltaron muchísimas cosas por conocer. Les confieso que por un momento sentí temor de perderme, de que por alguna confusión no pudiera regresar a mi país. Nunca pensé que me pudiera sentir tan lejos de mi tierra. Fue una sensación extraña, pero así se viven las experiencias de viajar. Así pude responder esa pregunta que me planteaba muchas veces antes de este viaje ¿qué conoces de Moscú?.
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