Es una ciudad ubicada en el centro de Venezuela, fue famosa alguna vez por ser la “Ciudad Jardín” y también por ser la consentida del General Juan Vicente Gómez, quien destinó gran parte del presupuesto nacional a la construcción de grandes obras emblemáticas; hoy es una ciudad que vive constantes cambios, un valle inmenso y querido así es Maracay.
La capital aragüeña tiene muchos encantos como, por ejemplo, posee la plaza Bolívar más grande de América Latina, es cuna de la Aviación Militar, tiene al rascacielos más alto del interior del país: la Torre Sindoni, la plaza de toros más emblemática de Venezuela, cuenta con dos teatros espectaculares: el Teatro de la Opera y el Teatro Ateneo, sólo por nombrar algunos.
Además, Maracay tiene una montaña maravillosa que le pertenece al Parque Nacional Henry Pittier. He subido a ese cerro en carro para ir a las playas de los pueblos costeros Cata y Choroní. También se puede subir por un costado, donde se puede apreciar una vista panorámica de la ciudad.
Cuando cumplí 16 años me mudé a Maracay para estudiar periodismo en la Universidad Bicentenaria de Aragua. Gran parte de mi juventud la viví en esta tradicional ciudad conocida popularmente como “la piedra de amolar vegueros”, debido a que en una época del siglo pasado mucha gente del sur, especialmente de los llanos apureños, se trasladaron hasta Maracay para estudiar y trabajar, buscando una mejor calidad de vida.
Así pues en mi caso particular soy una de esas “vegueras que se amoló en Maracay”. Conozco la ciudad casi como la palma de mi mano, sólo que a veces pudiera perderme con los cambios que han hecho. Pero sigue siendo la Maracay de siempre, capital del estado Aragua y un punto estratégico porque se ubica en lo que es el centro de Venezuela, muy cerca de Caracas, Valencia, San Juan de los Morros.
No podía dejar de mencionar otro baluarte de Maracay en el área deportiva posee uno de los mejores equipos de béisbol profesional: Tigres de Aragua, su sede es el Estadio José Pérez Colmenares. Por ese motivo soy tigrera de corazón y a los Tigres de Aragua le voy. Maracay querida, quiero verte florecer y que seas de nuevo tan hermosa Ciudad Jardin de Venezuela. Nos vemos caminando por ahi,