Tener el equipaje muy bien identificado pareciera que no fuera gran cosa, pero sí lo es. Tanto así que le dedicaré un artículo a este tema tan relevante. Al momento de emprender mi mas reciente viaje a la famosa “isla del encanto” República Dominicana, un día viernes tomé una de mis maletas pequeñas y cuando ya la tenía lista con TODO lo que necesitaba para pasar un fin de semana de playa, sol y arena (varios trajes de baños, protector solar, ropa, galletas, mas ropa, mas galletas, entre muchas otras cosas); me percaté de que el asa de la parte superior de la maleta estaba un poco floja, y no le di importancia puesto que el equipaje estaba en buen estado.
Mi viaje era un sábado en la mañana, al momento del check in (en el aeropuerto internacional Simón Bolívar) el agente de servicio de la aerolínea colocó la identificación de mi equipaje justamente en el asa dañada. Así entro mi maleta el mundo secreto del embarque; ese mundo donde no sabemos qué pasa con los equipajes, solo suponemos que suben al avión primero que nosotros, que viajan y que al estar en tierra firme los tenemos de nuevo con nosotros.
Al llegar al destino del vuelo, luego de que pasas inmigración (si se trata de un vuelo internacional), aparte de comprar en el “Duty Free”, lo más emocionante es ese momento mágico en el que recibes tu equipaje. Sin embargo, en este viaje para mí no fue así, cuando estaba en el aeropuerto internacional “Las Américas” esperando mi maleta, vi pasar muchas, ya estaba mareada, cuando ya no salieron más maletas y la mía nunca llegó.
Así sorprendida, desconcertada y preocupada fui a preguntarle al oficial de seguridad del aeropuerto que estaba verificando el proceso y me dijo “tenemos información de una maleta de color negro que no fue embarcada en la aeronave por falta de identificación, su maleta está en Venezuela”. Sabía que era la mía, porque era la única que no apareció pero nunca imaginé que mi maleta estaría en Venezuela y yo en República Dominicana. Muy amablemente el oficial apuntó mi reclamo y me dijo que enviarían el equipaje al hotel al día siguiente.
Pero eso tampoco fue así. La maleta no llegó el domingo en la mañana. Ni el lunes en la mañana. La recibieron en el hotel en lunes en la tarde mientras yo andaba de paseo. Y el martes en la mañana ya me tocaba regresar a Venezuela. Entonces como pueden notar solo tuve mi maleta el lunes en la noche, lo que significa que pasé el fin de semana sin equipaje. Siempre tuve conmigo el equipaje de mano. Además, por fortuna viaje con un grupo de amigas que me brindaron su “ayuda humanitaria” tal como yo les decía. También puedo decirles que yo parecía una modelo porque use ropa y accesorios de varias diseñadoras.
Moraleja: identificar el equipaje
Por eso de ese viaje la moraleja fue que tengo que identificar mi equipaje, porque si se pierde la etiqueta que le colocan en el check in, igual puede ser identificada por los agentes de la aerolínea y así evitas algún percance que pudiera pasar. Aprovecho para agradecer el apoyo a las viajeras Adriana, Fabiana, Yaismy, Darlys y Luisita. Mis amigas me sugirieron que le colocara de titulo a este artículo Fin de Semana en Dominicana con una sola Tanga, pero no daré mayor detalle de las cosas que estaban en mi maleta Venezuela mientras yo estaba paseando por la isla, ya se podrán imaginar, pero siempre se puede resolver para disfrutar el viaje que es lo más importante.
lo importante es que disfrutastes mucho y que finalmente te regresaron tu equipaje (tarde pero seguro) jajaja, que buena vivencia
[…] Este viaje lo emprendí gracias a la invitación de Adriana, una de mis amigas viajeras, quien me invitó en un micro tour que haría con su hermana Fabiana. Me gustan esos grupos viajeros para conocer lugares porque implica planificación y apoyo mutuo entre viajeras. Lo que no imaginé es que a pocos días del viaje Adriana se le presentaría un compromiso y no podría ir, por lo que me fui a la travesía dominicana con Fabiana. Por cierto, al llegar al aeropuerto, pisando suelo dominicano nos recibieron con un chupito de whisky de bienvenida. En el primer día del viaje llegamos con mucho entusiasmo y fuimos a conocer el famoso “Malecón” un interesante sitio de Santo Domingo ubicado en la Avenida George Washington, el cual representa la parte del litoral de la ciudad. También, a lo largo de esta avenida se pueden encontrar los hoteles más exclusivos de la ciudad, varios casinos, el obelisco y el Parque Eugenio María de Hosto. El malecón es un sitio turístico por excelencia, en el que se puede apreciar el inmenso Mar Caribe y, además, hay varios puestos de comida rápida y en la noche hacen show de karaoke y también suena el merengue dominicano, muy sabroso para bailar. Por fortuna estaba hospedada en la zona colonial y estaba súper cerca del malecón y fui varias veces, en el día y en la noche. En mi estadía en Santo Domingo visité la zona colonial, la cual está llena de historia de la época de cuando Colón llegó a nuestro continente americano. Edificios vistosos con arquitectura europea y muchos turistas caminando a lo largo del boulevard es lo que se observa en la zona colonial. El trato amable de los dominicanos hace más agradable el paseo. En la calle El Conde, un colorido boulevard, hay muchas tiendas donde venden gran variedad de productos como obras de arte, ropa, comidas típicas y suvenir. En la plaza en honor a Colón se respira un ambiente de tranquilidad, me gustó mucho estar sentada un ratico y ver turistas de todas partes del mundo disfrutando el panorama, sintiendo el aire fresco, donde aun se respira el aroma de la época de la colonización. En esta plaza hay una estatua de Colón y detrás se encuentra la Catedral de Santa María la Menor, Primada de América. De igual forma, hay un sin números de restaurantes al aire libre con estilo europeo. Cuando se viaja a Republica Dominicana hay un lugar que es parada exclusiva para los turistas: la playa. Sea cual sea la que elijas, no dejes de darte un buen baño en el mar. En esta ocasión fui a una playa muy bonita llamada “Juan Dolio”, que queda a una hora de Santo Domingo. Quedé atrapada por las palmeras y el mar azul, me encantó. Particularmente me gustó la temperatura cálida del agua del mar, que por cierto no es tan salada. En Juan Dolio hay una gran variedad de restaurantes a orillas de la playa donde alquilan los toldos y hay atención directa para comer exquisitos platos marinos. En la calle principal queda el Snack Bar Martini, ahí fui con Fabiana a tomar cócteles, y fuimos atendidas por su propio dueño Michelangelo, un amable italiano que invirtió en la isla. Cocteles, desayunos, almuerzos y aperitivos, lo que te provoque ahí lo consigues. Otro lugar visitado fue la Avenida John F. Kennedy. Uno de los sitios visitados en esa avenida fue el Centro Comercial Sambil, el cual reúne todas las tiendas de las marcas mundiales de comida, tecnología y mucho más. Una de las atracciones turísticas en el Sambil es el Acuario. Pero si quieres hacer compras a precios más económicos, te recomiendo que visites el barrio chino en el centro de Santo Domingo. Algo muy positivo para los viajeros es que en Santo Domingo la mayoría de las guaguas tienen wifi. Tambien tienen un precioso parque natural, si quieres leer más haz click en el enlace Los Tres Ojos de Santo Domingo. Santo Domingo tiene mucho potencial turístico, por sus playas, su historia y su gente. Conocer la capital y las playas cercanas como Juan Dolio y Boca Chica es una experiencia viajera única. Estar de viaje en República Dominicana es como estar en muchos lugares del mundo por su variedad cultural. Si quieres leer un post de anecdotas de fin de semana en Dominicana haz click Fin de Semana en Dominicana con una sola Tanga […]
[…] pasó a mi que en un viaje mi maleta se quedó en el país de origen, me quedé varada y pasé un Fin de Semana en Dominicana con una sola Tanga. También por razones de salud, a quien no le ha tocado visitar el médico en un viaje a causa de […]