Si hay un destino en Portugal que parece salido de un cuento de hadas, ese es Sintra. Ubicado a pocos kilómetros de Lisboa, este encantador pueblo combina historia, arquitectura y naturaleza en un solo lugar. En nuestra reciente visita con Alpargata Viajera, nos dejamos llevar por la magia de sus calles empedradas y la majestuosidad del Palacio da Pena. Nuestra visita a este impresionante castillo fue una experiencia inolvidable, llena de colores, historia y vistas panorámicas que nos dejaron sin aliento.
Para llegar a Sintra desde Lisboa, tomamos un autobús temprano en la mañana. El trayecto dura aproximadamente 40 minutos y es una excelente opción para quienes buscan comodidad y un costo accesible. Al llegar a Sintra, nos encontramos con un paisaje de ensueño: calles empedradas, casas antiguas y un ambiente que parece transportarte a otra época.
Desde la estación, decidimos subir hasta el palacio en taxi. Aunque existen otras opciones, como el autobús turístico o incluso una caminata (para los más aventureros), preferimos esta alternativa para ahorrar energía y aprovechar al máximo la visita. La subida es empinada y serpenteante, pero en cuanto llegamos a la cima, comprendimos por qué el Palacio da Pena es una de las joyas más importantes de Portugal.
Este castillo, construido en el siglo XIX, combina estilos arquitectónicos góticos, manuelinos y renacentistas, con una explosión de colores que lo hacen único. Desde sus torres amarillas y rojas hasta sus azulejos ornamentados, cada rincón del palacio es digno de una postal. Recorriendo su interior, descubrimos habitaciones decoradas con mobiliario de época, techos detalladamente esculpidos y ventanales con vistas impresionantes de la Sierra de Sintra y el océano Atlántico.
Caminar por sus terrazas y jardines nos hizo sentir como en un cuento. Sin duda, una visita obligada para cualquiera que viaje a Portugal.
Fotos del interior del Palacio:
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